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Desarrollo de Marcas, Estrategia, Tendencias

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¡Ah, la pregunta del millón! ¿Cómo elegir LA Agencia que realmente necesitas? Porque claro, aquí no se trata de cualquier proveedor, se trata de ese aliado estratégico que hará que tu marca no solo cumpla con su plan, sino que rompa esquemas, ¡que vuele! Y, sí, también te cruzas con la agencia del cuate que te cae bien, la que “tiene un creativo famosísimo” o la que te recomendaron por ahí. ¿Pero, en serio es esa la mejor opción? 

Las áreas de mercadotecnia se enfrentan a una odisea cuando se trata de buscar la agencia perfecta. El dilema no es menor: quieres soluciones, creatividad, estrategia y, sobre todo, que entiendan tu visión sin que tengas que repetirlo mil veces. ¡Pero el mercado está lleno de opciones! Y, como si no fuera suficiente, los procesos de selección se vuelven cada vez más fríos y automatizados. ¿Qué pasó con conocer a la agencia a fondo? Ahora todo se sube a una plataforma y se elige más por precio que por creatividad o estrategia. Sí, lo sé, es como elegir una pareja por Tinder sin ni siquiera un “hola” decente. 

Spoiler alert: esa no es la forma. Trabajar con una agencia no es como contratar un electricista o un plomero; necesitas formar un equipo sólido, donde haya empatía, entendimiento mutuo y, sobre todo, ganas de romperla juntos. El vínculo cliente-agencia es clave, y seamos honestos: si todo se basa en números, el camino puede ponerse muy cuesta arriba. 

Ahora, también está el otro extremo: las agencias llenas de premios y casos “wow” que deslumbran con campañas creativas que parecieran haber ganado Lions cada mes. Pero cuando se trata de resolver los problemas concretos de tu marca… ¡sorpresa! Esas ideas tan fabulosas no siempre son lo que necesitas. Una cosa es hacer campañas creativas, pero otra muy distinta es ejecutarlas bien. Y créeme, el diablo está en los detalles. 

 

Bienvenido al mundo del pitch, ese proceso en el que agencias corren contra reloj, para presentarte algo espectacular en base a un brief que vieron ayer (literal). Aquí, las agencias compiten como si fuera una final de los Juegos Olímpicos, con tiempos justísimos y presiones a mil, intentando venderte su mejor versión. ¿El problema? Si algo no fluyó bien en la presentación o si el cliente no entendió el concepto, todo ese trabajo, esa “maravilla creativa”, no sirvió para nada. 

Y ¿cuántas veces has recibido una buena retroalimentación después del pitch? Exacto, casi nunca. Entonces queda esa duda: ¿realmente conocí a la agencia o simplemente fue un golpe de suerte? Porque muchas veces, lo que te vendieron fue un paquete muy bonito lleno de “espejitos”, pero cuando empieza la chamba… ¡ups! La agencia no dio el ancho, y tu inversión, el tiempo y la paciencia se fueron al caño. 

El truco está en… ¡meterte hasta la cocina! 

Aquí va mi consejo de oro: si realmente quieres encontrar la agencia perfecta, métete hasta la cocina. Conoce su día a día, su gente, sus procesos, sus oficinas (y hasta la cafetera, si hace falta). No te dejes llevar solo por las credenciales o el encanto del de cuentas. Las credenciales se inflan, pero la realidad está en el talento, la estructura y la capacidad de esa agencia para hacer las cosas. 

Pregúntate: ¿Tienen el equipo correcto? ¿Saben manejar proyectos grandes sin perder la cabeza? ¿Tienen procesos sólidos? Porque al final del día, no solo se trata de que te caigan bien o de que te den el mejor precio. La agencia ideal es aquella que cumple lo que promete y, sobre todo, que realmente entienda lo que necesitas. 

La felicidad, ¡sí importa! 

Una agencia que funciona bien es una agencia donde la gente es feliz. Parece broma, pero es real. ¿Cómo lo sé? Una vez le pregunté a una financiera de una agencia si era feliz en su trabajo. Su cara fue un poema. Y, spoiler: tardó mucho en contestarme. Y esa fue una mala señal. Si en una agencia la gente no está feliz, comprometida y con energía, tus proyectos lo van a sentir. Una agencia con equipo motivado y equilibrado es la que te va a entregar resultados impecables. 

Antes de firmar, asegúrate de conocer a fondo la agencia. Haz preguntas que no se ven en una presentación brillante. Averigua cuántos clientes manejan, cuántos empleados tienen, si son financieramente sólidos y cómo es su relación con proveedores y socios. Y lo más importante: mide el nivel de felicidad y compromiso del equipo. Porque al final del día, cuando todo fluye, esa armonía se traduce en proyectos increíbles y resultados que superan expectativas. 

Así que, ¡elige bien! La agencia correcta es más que una buena campaña, es un socio de largo plazo, con un equipo feliz, sólido y dispuesto a romperla contigo. 

Alejandra Rueda

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